El racismo en la teosofia, 3ª parte

 

 
 
 
 
 


 
 
El racismo en la teosofia, 3ª parte
Respecto a su "antropología", el Sr. Max Heindel, fundador de la organizacion rosacruz AMORC, lamentáblemente, no llegó a superar, a pesar de ser un "iniciado" de indudable talento, la tradición de caracter "racista"que a finales del siglo XIX influyó en numerosos personajes de la cultura europea:
“Los sentimientos de los animales y los de las razas humanas inferiores se refieren por completo a la gratificación de los deseos y pasiones más inferiores que encuentran su expresión en las regiones inferiores del Mundo del Deseo.”
(Max Heindel: "El concepto rosacruz del cosmos". Pagina 58)
Aquí ya empieza a ilustrarnos sobre lo que el entiende como “razas humanas inferiores”. Para empezar asimila a algunos seres humanos, aunque no los identifique, con los animales. Esto situa el pensamiento del Sr. Heindel en un lugar bastante radical o extremo de este pensamiento. Poner en un mismo plano a los animales y las “razas humanas inferiores” es algo más que simple racismo, es decir, es algo más que el racismo que habituálmente se encuentra en la literatura de su época, y esto es algo importante que debemos explicar con mas detalle:
El racismo no es símplemente una "forma de pensar" diferente de otra "no racista" y por tanto podriamos erróneamente convenir en que estamos ante peculiaridades ideológicas iguálmente respetables. El racismo es una autentica enfermedad o perversión espiritual y también, quizá, como indican algunos psicólogos, en sus formas más extremas, un trastorno de la personalidad que puede llegar a convertirse en una enfermedad mental. El racismo se alimenta, basicamente, de la ignorancia y del egoismo, pudiendose encontrar toda una gama de racistas desde el más "light" (moderado), que no suele ser sino el producto de una escasa cultura, hasta el racista "hard" (radical), cuya paranoia le convierte en un individuo sociálmente peligroso. Entre esos ultimos podriamos citar a los defensores del aparheid en Sudafrica o bien a los miembros del KuKusKlan en el sur de EEUU. Para un racista “light” habría bastado con hablar de razas humanas, en plural, unas superiores y otras inferiores, pero el “racismo rosacruz” de Heindel va un poco más lejos aproximandose al extremo "hard", al decir que algunas razas humanas no serían del todo humanas, sino equiparables, en ciertos aspectos o modos, a los animales, los cuales, en general, “no son seres vivos del todo”, para el Sr. Heindel:
“Por esta razón, el animal no es un ser completamente “vivo”, es decir, no vive tan completamente como el hombre, ni es capaz de tener deseos y emociones tan sutiles como las de éste, porque no tiene plena conciencia.” (ob.cit. Página 61)
Y en consecuencia los humanos de "razas inferiores" tampoco serian seres vivos del todo. Al menos eso podemos deducir de las ingeniosas y quizá perversas ideas del Sr. Heindel. Debemos recordar que cuando se escriben y publican sus libros se estaban produciendo, en su fase de mayor intensidad, los conocidos genocidios de nativos en Africa, Australia y Norte America, no debe, por tanto, dejarse de dar importancia a estas ideas que podrían dar cobertura "espiritual" a los crímenes cometidos por los anglosajones en su expansión colonial.

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